jueves, 24 de junio de 2010

Kotrenka II

- Katrunki kine maket, tike make dikane. Lakuti nikan karonke. Katrunki kine maket, tike make dikane, keri kerin tikane dilek tiako ketokent –
Finalmente puedo comprender las palabras, mi cuerpo está marcado con sangre de reptil y chupo frenéticamente el cuello de un cocodrilo recién muerto. La tribu me mira y se desnuda, lo apuñalé y lo aniquilé. Hace rato que el tiempo desapareció y mi mente y mi alma se sienten plenas mientras el reptil muerto me alimenta. La orgía empieza, los cuerpos se revuelcan alrededor mío y de la bestia.
- Katrunki kine maket, tike make dikane. Lakuti nikan karonke, Katrunki kine maket, tike make dikane, keri kerin tikane dilek tiako ketokent;
“El gran reptil es nuestro rey, nuestro señor. Y cuando su sangre y su carne se agotan lo volvemos a asesinar. El reptil es nuestro rey, nuestro señor, y nosotros seremos por siempre sus vitales asesinos. Los hijos del pantano, los ignorantes de lo impedido.”

Miro mis manos ensangrentadas, mi cuerpo estimulado continua el juego. La vitalidad recorre mi espíritu y todo el recuerdo se vuelve claro y aburrido.
Lo último era un rostro, representante de aquel sentido. Una dimensión limitada, que subsiste de una imagen obvia y envenenada.
Y luego el rey rindió su parte. Estúpido y ahora muerto, se rindió ante mi libertad. Me sumerjo en un sujeto, una tribu, un pantano y su verdad. El Kotrenka me han llamado.