jueves, 8 de octubre de 2009

El Caminante Mudo

Es el mensaje que han impartido, en dosis pequeñas por todo un territorio. Desde la palabra noble hasta el asesinato mas cruento, su misión se extiende lentamente. La luz y la oscuridad son el rasgo más simple y profundo de este planeta y ellos son producto de aquel rasgo. Han nacido y crecido y han perdido y ganado, y ahora llegaron. Los podes ver, solo si queres verlos, los vas a ver si ellos deciden que tu hora llegó. Es que para ellos el camino de la impunidad es un camino largo, y las almas de este sub mundo tienen el justo tiempo para empezarlo y pedir perdón y redimirse para no volver a él nunca más. Pero cuando el tiempo se te agota, y solo ellos lo saben, toda esa montaña de piedras que arrojaste se vuelve en tu contra. Es la ley terrenal, impartida por estos seres incorruptibles. Demonios que se creen ángeles, te toparás con ellos próximamente porque en el fondo sabes muy bien lo que estas haciendo mal. Los vi más de una vez, en sueños y luego en una mesa, en un bar. Hablé más de una vez y entendí mejor su estructura de condena. Cuan amplio debe ser el universo, cuando uno abre una grieta, nuevos seres aparecen. Angeles y demonios quizá, y supongo que en todo este espectro yo seré un humano.

Me siento frente a un campo verde y estoy solo junto a mi caballo, tomo un trago de whisky, palpo mi colt y temo estar loco. Pero no voy a hacer daño, creo que no lo voy a hacer y entonces no me asusta estarlo. Y de pronto creo que hay tanto por explorar, y como un temerario me levanto y subo a mi caballo. Las alas del sombrero cubren la luz intensa del sol y voy hacia el próximo paraje, sea donde sea, para descubrir o para enloquecer, depende de quien lo vea.

El sujeto se levanta como se ha dicho y el caballo galopa. Y los colores del campo cambian, y las distancias se transforman. Y podría decirse que algo extraño sucede, pero eso depende de quien lo vea.